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Las ferias y fiestas en Puebla de la Calzada en torno a la figura de San Pedro Apóstol

Imagen de San Pedro Apóstol saliendo procesión el día de su festividad en Puebla de la Calzada. Foto: “Imágenes para el recuerdo de P. Calzada”
Imagen de San Pedro Apóstol saliendo procesión el día de su festividad en Puebla de la Calzada. Foto: “Imágenes para el recuerdo de P. Calzada”

Introducción Histórica: el siglo XIX

 

La idiosincrasia de un pueblo se caracteriza y queda marcada obviamente por el peso de la historia y el paso por los siglos atendiendo y entendiendo cada uno de sus episodios que la caracterizan y la van modelando en su misma forma de ser. Pero no menos importante es que el pueblo hoy conozca desde la visión histórica, el por qué y para qué de unas fiestas que giran concretamente en torno a la figura de San Pedro Apóstol.

 

Como efectivamente dice el doctor Esteban Mira Caballos en su último ensayo sobre la persona de Cristóbal Colón[1], todo conocimiento histórico, al igual que ocurre en el caso que nos ocupa, es fruto de su tiempo, por lo que cada generación, guiada efectivamente por su sensibilidad, se plantea interrogantes e inquietudes distintas con las que acercase al mismo.

 

¿Por qué en Puebla de la Calzada sus feria y fiestas giran en torno a la figura de San Pedro Apóstol? ¿Por qué no lo hacen, como en otros muchos lugares por ejemplo sobre la figura de María, Asunción o Natividad? Indudablemente tiene que tener una respuesta y como ya henos afirmado anteriormente, esa respuesta se encuentra en el devenir del tiempo y espacio histórico los cuales tendremos que analizar, comprender y difundir – una de las obligaciones de todo investigador- para que así, podamos entender el propio momento en el que vivimos y dar un verdadero protagonismo a la “causalidad” y no la “casualidad”.

 

Portada del libro de Registro de Sesiones años 1920-1922. Fotografía: A.H.P.B.
Portada del libro de Registro de Sesiones años 1920-1922. Fotografía: A.H.P.B.

Igual de cierto es que debemos conocer, en el caso de las feria y fiestas en Puebla de la Calzada, el momento de su origen refutado documentalmente a partir de los años 1855-1856, desde los libros de actas municipales para afirmar, como de hecho se afirma, que el 9 de febrero de 1856, siendo alcalde Dº. Pedro Barrena Barrena y Regidores Dº. Pedro Gragera Amigo y Dº. Andrés Conejo, en sesión plenaria se expone:

 

“…en vista de los favorables resultados que en el año anterior tuvo la feria por vía de ensayo se celebró en los primeros días del mes de septiembre por haberse suspendido en Mérida.”[2]

 

Pero no se trata ni mucho menos de la actual feria ni en los días que hoy conocemos y mucho menos dedicados al titular que hoy lo es puesto que se trata más de una feria al uso y estilo generalizado de forma especial en el siglo XIX (igual o intentos similares tenemos en Montijo con la unión de feria de ganado y las fiestas -de celebración antiquísima- a la Virgen de Barbaño, unión que fue un auténtico fracaso y se quedó nuevamente en las fiestas en su honor), en una especia de mercado de ganado, aunque estos modelos en Castilla se remontan a época medieval:

 

            “…convendría a estos habitantes el establecimiento de la misma feria en los días 27, 28, 29 y 30 del mes de agosto, para toda clase de ganados, al sitio del embarcadero en los márgenes del río Guadiana que corresponde a este término de esta villa y la de Lobón, cuyas municipalidades están de acuerdo sobre este punto.”[3]

 

Para que entendamos la feria y fiestas en honor a San Pedro Apóstol, tendremos que esperar a las referencias documentales que aparecen en el año 1922, concretamente en la revista Tierra Extremeña en su número 4 que está dedicado a Mérida y su Partido, revista dirigida y editada por Ramón A. Fernández de Sevilla Palomo entre los años 1921 y 1929 y que constaba de ocho números monográficos que cubren distintos partidos judiciales de Extremadura, incluyendo -como decimos- uno dedicado al Partido de Mérida y su Comarca. En dicho número aparece la afirmación de que Puebla de la Calzada celebraba dos fiestas. La primera el 8 de diciembre (obviamente en referencia a la “Inmaculada Concepción”) y la otra, el 29 de junio, en expresa referencia a San Pedro Apóstol[4].

 

Igualmente, para estos años han sido revisados los registros de Actas de Sesiones-Pleno y Comisión Gestora para los años 1920-1922 y 1923-1923, siendo alcalde Puebla de la Cazada Dº. Pedro Gragera Bejarano[5].

 

 

P.1. La importancia de la titularidad de las fiestas en Puebla de la Calzada: la figura de San Pedro Apóstol

 

En primer lugar tenemos que entender que el intento del ayuntamiento poblanchino de crear una feria de ganado no es ni mucho menos algo exclusivo de esta localidad, ni siquiera de otras cercanas (como por ejemplo Montijo[6] en ese mismo año de 1856 al querer crear una feria de ganado durante los días seis, siete y ocho de mayo y que igualmente resultó fallida), incluso no lo es exclusivo de Extremadura o de otros territorios cuyo mayor medio de subsistencia era la agricultura y la ganadería, siendo una generalidad incluso a nivel nacional.

 

1.1. Las llamadas “ferias de ganado “en el siglo XIX

 

Durante el siglo XIX, la creación de ferias de ganado por parte de los ayuntamientos vino de la mano y el deseo de un impulso en el que se intercalan e interrelacionan varios motivos, tanto económicos, como sociales y políticos.

           

            En primer lugar hay un deseo dentro del propio impulso de la economía local ya que las mencionadas ferias de ganado eran una manera de dinamizar la economía rural. Éstas, permitían que los ganaderos pudieran vender directamente su ganado, lo que suponía que se generaran unos ingresos y se activara el propio comercio local.

 

               En segundo lugar y, no por ello menos importante, permitía a los ayuntamientos aumentar sus ingresos municipales a través de tasas o impuestos aplicados a los tratos comerciales, el alquiler de espacios, etc. Estamos además en unos momentos, siglo XIX, en el que hay una necesidad de intentar crear mercados estables y regulados de manera que, en una época en la que el transporte era limitado, las ferias ofrecían unos puntos de encuentro regulares para el comercio. Se permitía de esta forma la legislar la compraventa, lo que a su vez ayudaba a reducir los fraudes o conflictos en el intercambio de animales tan característicos en nuestra España desde época medieval y durante la Edad Moderna (siglos XVI al XVIII).

 

Obviamente no podemos olvidar el desarrollo del sector ganadero pues la ganadería seguía siendo un pilar económico fundamental en muchas de las regiones rurales -como ocurría en Puebla de la Calzada-. Estas ferias favorecían la mejora genética del ganado, al facilitar el intercambio de razas y fomentar la competencia entre los criadores. Basta mirar la feria de ganado existente hoy en día como el caso de Zafra[7].


Un ejemplo de las antiguas ferias de ganado en Extremadura. Fotografía cedida.
Un ejemplo de las antiguas ferias de ganado en Extremadura. Fotografía cedida.

Con el asentamiento e impulso de las mencionadas ferias, los ayuntamientos buscaban una modernización y liberalización económica pues durante el siglo XIX, muchas reformas (recordemos la afamada desamortización), buscaban modernizar la economía española: la creación de las ferias responde por tanto también a la “lógica liberal” al querer fomentar la propiedad privada y los mercados libres.

 

Un nuevo elemento entra escena para entender mejor los deseos municipales de crear estas ferias, la consolidación de las redes de comunicación y transporte. Cierto que, los transportes eran aún muy limitados y la expansión del ferrocarril desde mediados del siglo XIX[8], pero éstos pequeños avances hicieron que la movilidad de las mercancías fuera mayor, incluidos el ganado. Todo esto hizo más viable y rentables las ferias a nivel regional o incluso nacional pero no tanto en los niveles locales (volvemos a insistir en los casos de Puebla de la Calzada y Montijo).

 

Por tanto, ante el interrogante del por qué predominaron el deseo de instaurar en nuestro municipio de Puebla de la Calzada la feria de ganado, encontramos en la transición de una economía agraria tradicional a una más comercial. El siglo XIX sin duda marca una transformación progresiva desde una economía de subsistencia[9] hacia una economía de mercado.

 

Las denominadas “ferias” fueron claro mecanismo clave para esa transición, especialmente en zonas rurales por lo que cuando se daba el fracaso de perpetuarse las mismas, suponían un claro exponente de resistencia a esos cambios y eso que, siendo estas ferias una decisión local e implicando al mismo ayuntamiento poblanchino -en este caso- a pocos gastos, pero mucho beneficio potencial, no llegaron sin embargo a calar.

 

En definitiva, las ferias de ganado fueron una herramienta estratégica para poner en auge el comercio, mejorar la producción ganadera y activar la economía local en una época de grandes cambios estructurales. Si bien para todo el territorio nacional su auge estuvo en el siglo XIX, quedó sin embargo manifiesto como vemos en la Villa de Puebla de la Calzada, las tensiones y reticencias a transformar el viejo mundo agrario al nuevo orden liberal capitalista que terminaría, más temprano o más tarde, imponiéndose.

 

1.2.  Las fiestas en honor a San Pedro Apóstol: la fuerza de la piedad y religiosidad popular en Puebla de la Calzada

 

Ciertamente no deja de llamar la atención -como hemos indicado anteriormente- que Puebla de la Calzada tenga como patrón a San Pedro, teniendo una presencia y relevancia enorme la festividad en torno a la Inmaculada Concepción, que se remonta al siglo XVII[10]. No tenemos constancia documental de que existiera a lo largo de su historia de una Cofradía o Hermandad bajo esta advocación. Si las ha tenido y de enorme importancia a lo largo de la historia como la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario (1579) y Cofradía de la Vera-Cruz (1604-105), Santísimo Sacramento (1604-1605), Cofradía Jesús Nazareno (siglos XVII-XVIII)[11].

 

El que tengamos constancia de unas fiestas patronales dedicadas a este santo (o cualquier otro), no significa imperiosamente que tenga que haber existido una cofradía o hermandad. ¿Dónde puede estar entonces el nacimiento devocional y festivo a San Pedro Apóstol?

 

Si recurrimos a las fuentes documentales éstas nos llevan hasta los libros de visita de la Orden Militar de Santiago es decir, hasta el último tercio del siglo XV. El motivo está en el cura párroco de la parroquial de Puebla de la Calzada que ostenta la titularidad de la misma[12]. Entre los años de 1494 y 1500 ya aparecen los párrocos de la entonces llamada iglesia parroquial de Nuestra Señora pertenecientes al llamado hábito de San Pedro. En 1494 era párroco Juan García del hábito de San Pedro (1494-1498); Diego Alonso (1498-1500); Alonso Trigo (1508); Rodrigo Alonso (1511-1515). A partir del año 1550 a 1556 aparece ya el primer cura párroco no perteneciente al hábito de San Pedro sino a la misma orden de Santiago.

 

Aquí puede residir el inicio de una explicación sobre la referencia a que Puebla de la Calzada venere en su fiesta patronal al apóstol Pedro. Su devoción, su culto e incluso en los lugares donde han existido las propias cofradías, han estado por lo general vinculadas a clérigos (aunque no de forma exclusiva). Clérigos que fomentaban su devoción y al que se encomendaban muchos de ellos, así como clérigos menores (acólitos o tonsurados) y seminaristas por el significado implícito que conlleva el que sea considerado como primer papa de la Iglesia Católica y un auténtico símbolo de su autoridad -hablaremos de esta figura en la última parte del artículo-.

 

Especialmente si estos curatos estaban configurados en torno a una parroquia, como es el caso de Puebla de la Calzada, donde debió existir una imagen de San Pedro de más antigüedad a la actual y próxima a las fechas en las que nos estamos moviendo y sobre la que actuaría como es lógico entender los propios avatares del tiempo para que la misma se fue restaurando y sustituyendo hasta la que hoy se posee más contemporánea.

 

¿Afirmamos pues que la parroquia tuvo una talla de valor histórico-artístico? Obviamente no podemos afirmar con total y absoluta rotundidad su existencia en estos siglos que estamos exponiendo. No tenemos constancia de ello pero, dado que la parroquial poseyó un primer retablo para el altar mayor (año 1498), en el cual sabemos que no era la imagen central del mismo la imagen de San Pedro, puesto que es descrito que tenía en su tabernáculo u hornacina central una imagen de la Virgen María, como tampoco lo fue del realizado posteriormente en el siglo XVI. Sin embargo, sigue siendo posible (únicamente es una hipótesis sobre la que en estos momentos se trabaja junto a otros aspectos de la historia en Puebla de la Calzada), puesto que dentro de esas mismas visitas (años finales del siglo XV a los años centrales del siglo XVI), se describen la existencia de pinturas al fresco (murales), donde pudiera estar representado el Príncipe de los Apóstoles ya que se expresa en ellas, que la iglesia parroquial tenía “una serie de pinturas en la pared de las que no se ofrece su titularidad”[13].

 

Reforzamos más la idea de una posible existencia de la imagen de San Pedro, cuando en el contexto de 1617, se hicieron muchos encargos para las parroquias de las localidades de la comarca -incluida obviamente Puebla de la Calzada-. Encargos centrados en imagineros, entalladores y maestros doradores y pintores para los retablos.

 

Finalmente, nuestra hipótesis puede quedar cerrada cuando se expongan las conclusiones a las que estamos llegando tras el vaciado documental que hemos realizado del libro de fábrica de la parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación para el año 1794 y todo un importante conjunto documental de capellanías existentes en la Villa de Puebla para los siglos XVI al XVIII que se encuentran en el Archivo Diocesano del Arzobispado de Mérida-Badajoz.

 

En definitiva, pesa con fuerza la idea de una devoción “petrina” ya desde el momento de la existencia del primer templo parroquial, estuvo controlado y dirigido por curas del llamado hábito de San Pedro los cuales fueron nombrados durante más de medio siglo (recordemos desde 1494 a 1550). Como hemos indicado al inicio de nuestro artículo, vemos con la perspectiva del hombre del siglo XXI los acontecimientos y personajes propios de otras épocas históricas con una posible visión diferente a como indudablemente lo entendieron aquellos hombres de los siglos XV al XVIII los cuales sin duda, darían una mayor y extraordinaria importancia a la figura del apóstol, con el peso que además en esos siglo tenía la devoción popular respaldada por la oficialidad de la Iglesia Particular es decir, de la parroquia poblanchina.

 

P.1. La importancia de unas fiestas patronales dedicas a Simón Bar-Jona[14] o Kefa: “piedra, roca”. La historiografía más reciente sobre San Pedro Apóstol

 

Interesante el patrón que venera Puebla de la Calzada si tenemos en cuenta que en el Nuevo Testamento el nombre de Pedro, Simón o Céfas es, después del de Jesús, el que más es mencionado: ciento cincuenta y cuatro veces y como Kefa o Céfas (roca, piedra) directamente nueve veces en las epístolas o cartas de San Pablo.

 

Lo festivo y especialmente lo festivo religioso además de unido a la idea de feria[15], perdura más en el tiempo y tiene una mayor capacidad de expresión histórica pues el pueblo como tal, es siempre rico, fervoroso y expresivo, especialmente si tenemos como referencia los antecedentes históricos de los que venimos hablando.

 

Pues bien, no estamos únicamente ante la veneración de un pueblo a un personaje que resuena únicamente -que ya es muchísimo- en los relatos bíblicos del Nuevo Testamento y que ha quedado pues olvidado en la actualidad para historiadores, exégetas[16] y arqueólogos.

 

San Pedro Apóstol titular de las ferias y fiestas en Puebla de la Calzada. Fotografía: "Imágenes para el recuerdo de Puebla de la Calzada
San Pedro Apóstol titular de las ferias y fiestas en Puebla de la Calzada. Fotografía: "Imágenes para el recuerdo de Puebla de la Calzada

En el año 2006, el Papa Benedicto XVI se expresaba emocionado por los descubrimientos que se habían realizado y que parecía cerrar unas hipótesis que llevaban a los especialistas intentando demostrar durante más de mil trescientos años. Se producía en el yacimiento de El-Araj, en la costa norte del mar de Galilea o lago de Genesaret, espacio en el que Jesús y sus apóstoles desarrollaron buena parte de su actividad.

 

            Como pone de manifiesto en su magistral obra José María Zavala[17], un escogido grupo de arqueólogos del Kinneret College de Israel y del Nyac College de Nueva York, dirigidos por  los profesores Mordechai Aviam y Steven Notley, los trabajos sobre una basílica bizantina conocida como la “Iglesia de los Apóstoles”, descubren para su sorpresa, un medallón en la sacristía del templo en el que aparece una inscripción que se encuentra enmarcada dentro dos líneas de teselas negras. Tras su correspondiente estudio, el medallón tenía más de mil quinientos años de antigüedad.

 

Zavala continua explicándonos en su obra, que especialistas helenistas (griego), descifran dicha inscripción en griego referida a Pedro como jefe y comandante de los Apóstoles celestiales, averiguando igualmente que el mosaico es una donación de Constantino (emperador), “siervo de Dios”


Trabajos arqueológicos en la llamada Iglesia de los Apóstoles. Fotografía: cedida
Trabajos arqueológicos en la llamada Iglesia de los Apóstoles. Fotografía: cedida

Durante siglos la tradición se había referido a la mencionada basílica como el lugar donde debajo de ella se encontraba la casa de Pedro, convicción que ahora, con la aparición de este hallazgo al que el propio Papa Benedicto hacía referencia, ponía al mosaico en una conexión directa: arqueología, historia y la figura de San Pedro.  Se llega así a la conclusión de que desde la misma tradición bizantina se identificó con frecuencia la casa de Pedro en Betsaida y no en Cafarnaúm, como a menudo se piensa hoy en día por lo que parece más que posible que, la basílica fuese una conmemoración de su hogar, llegando a asegurarse de que estamos ante la Betsaida del siglo I (Steven Notley en la citada obra de José María Zavala).

 

Luego estamos ante una de las figuras más interesantes dentro de la historiografía, la arqueología y la exégesis actual. La persona de San Pedro sigue siendo punto y centro de interés detrás siempre de la de Jesús de Nazaret.

 

Adquieren las fiestas patronales una significación muy especial desde el punto de vista eclesial, de la religiosidad popular y socia de la Villa de Puebla de la Calzada en la actualidad.

 

Pudiera parecer que la llegada del verano tiene que estar asociado a las fiestas en honor al apóstol Santiago -Patrón de España- a la Asunción de María (15 de agosto) o a su natividad (8 de septiembre).

 

Sin embargo, Puebla de la Calzada inaugura prácticamente el periodo estival rindiéndose ante los pies de quien es conocido en la Iglesia Católica y en el mundo entero como Príncipe de los Apóstol, Summus Pontifex (Sumo Pontífice) o como lo denomina el papa Gregorio Magno Servus servorum Dei (Siervo de los siervos de Dios).

 

La fiesta trae el goce y la diversión en Puebla de la Calzada lo demuestra esta imagen. Fotografía: “Imágenes para el recuerdo de P. Calzada”
La fiesta trae el goce y la diversión en Puebla de la Calzada lo demuestra esta imagen. Fotografía: “Imágenes para el recuerdo de P. Calzada”

Durante las feria y fiestas de San Pedro en Puebla de la Calzada, los corazones laten al ritmo desbordante de un pueblo que rebosa  al son inicial del estallido de fuegos artificiales al anochecer y que simboliza la culminación de la fiesta: un momento compartido en el que reír, bailar y asombrarse juntos que ya es cotidiano.

 

Feliz San Pedro 2025 para toda Puebla de la Calzada


NOTAS


[1] Cf. E. Mira Caballos, Colón. El converso que cambió el Mundo. Editorial Crítica. Barcelona, 2025.

[2] Archivo Histórico Provincial de Badajoz.  Archivo Municipal de Puebla de la Cazada. Registro de Actas de Sesiones. Pleno y Comisión Gestora. Años 1854-1857.

[3] Ibíd. Nota 2.

[4] Edición en facsímil de 2013, promovida por la Asociación Cultura Torres y Tapia y la Federación SISEVA en colaboración con la Universidad de Extremadura.

[5] A.H.P.B. Archivo Histórico Municipal de Puebla de la Calzada. Registro de Actas de Sesiones. Pleno y Comisión Gestora. Años 1920-1922 / 1922-1923.

[6] Cf. P. Iglesias Aunión, Historia, Religión y fe en Nuestra Señora de Barbaño. Piedad y Religiosidad Popular en Montijo, p. 55

[7] La afamada feria de ganado en Zafra hunde sus raíces en la Edad Media y llegó a gozar de privilegios reales como los concedidos ya en el año 1380 por el rey Juan I, al otorgarle la celebración de un mercado semanal donde ya se comerciaba ganado.

[8] En el caso de Montijo la línea ferroviaria Ciudad Real-Badajoz se puso en servicio el 20 de octubre de 1864, durante el reinado de Isabel II (1833-1868). Mientras que Puebla de la Calzada se queda sin línea de ferrocarril por razones históricas, geográficas y de planificación propiamente ferroviario que se toma en el siglo XIX. Una de esas razones es indudablemente la proximidad de Montijo, que al sí contar con ella las estaciones en aquella época se ubicaban cada 10 o 15 kilómetros para poder equilibrar el consumo y los costes de construcción. Las mismas autoridades ferroviarias consideraron que la línea que pasaba por Montijo servía perfectamente a la comarca, incluyendo como se puede entender a Puebla de la Calzada.

[9] Se denomina “economía de subsistencia” a aquella que produce lo necesariamente justo para subsistir, de tal manera que desde el mismo momento en que se ve afectada por algún elemento que desequilibra dicho modelo (epidemias, guerras, condiciones climatológicas, etc.), llegaba la hambruna y las revueltas sociales (el siglo XVII es un claro ejemplo de todo ello). Caracterizó este modelo a España de forma primordial hasta que se produjo en su totalidad la transformación fruto de la revolución burguesa, fenómenos que en el caso de España y concretamente de Extremadura sobrepasó en algunos aspectos el propio siglo XIX. Los siglos XVI, XVII y XVIII fueron modelos de esa economía de subsistencia.

[10] Puebla de la Calzada responde desde su expresión popular como otros muchos casos, con anterioridad al propio pronunciamiento de la Iglesia. Sabemos que el llamado Dogma de la Inmaculada Concepción no fue proclamado por la Iglesia hasta el 8 de diciembre de 1854 con la bula Ineffabilis Deus del papa Pío IX. Sin embargo, el pueblo poblanchino, como el pueblo cristiano en general, veneraba este signo mariano desde el siglo XVII. Este clamor que perdurará durante siglos en muchos en la cristiandad es lo que hace que en el siglo XIX la Iglesia se plantee proclamarlo como dogma, como de hecho referenciamos que lo hizo

[11] Cf. P. Iglesias Aunión, Historia de la Comarca de Lácara del Medioevo a los Tiempos Modernos, pp. 235-236.

[12] La titularidad de una parroquia se obtenía por medio del llamado título de “colación” es decir, un documento oficial por el cual se obtenía un beneficio eclesiástico como puede ser el mismo caso de una parroquia, de una capellanía o de alguna otra dignidad eclesiástica.

[13] P. Iglesias Aunión, Una aproximación a la pintura gótica en la comarca de Mérida. Encomiendas de Lobón y Montijo. Departamento de Historia Moderna. Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres. Universidad de Extremadura. Cáceres, 1997.

[14] Expresión en hebreo que quiere decir Simón hijo de Jonás. Recordemos que el prefijo Bar- en la lengua hebrea se usa para determinar que es “hijo de”, forma habitual de identificar a una persona por ejemplo: Yéshua ben Yosef, “Jesús hijo de José” o Bar-Timai, “Bartimeo, hijo de Timeo” y finalmente más popular entre nosotros Bar-Anna, “Hija del Anas” nombre con el que los romanos designaban al actual Guadiana y que hoy ha evolucionado del castellano antiguo a la forma presente de Barbaño para designar a la Patrona de Montijo como “hija del agua o del río”.

[15] La expresión referida a la palabra latina feria-feriae significa “días de descanso”. Las ferias religiosas ya en la antigua Roma eran días en los que no se trabajaba por ser considerados días sagrados. La Iglesia cristiana también ha hecho uso de la palabra “feria” para designar días de la semana, especialmente en el contexto litúrgico (feria segunda, lunes; feria sexta, viernes). Ya en la Edad Media, las ferias empezaron a ser reuniones periódicas de comerciantes, que aprovechando las festividades religiosas se congregaban para vender sus productos. Eran por tanto igualmente eventos religiosos como comerciales.

[16] La palabra exégeta proviene del griego exēgētḗs (ἐξηγητής) y tiene un significado muy específico en los ámbitos académico, teológico y literario, siendo una persona especializada en la interpretación de los textos bíblicos y otras textos religiosos.

[17] Cf. J.M. Zavala, Los Doce. Un retrato desconocido de los apóstoles. Editorial ESPASA. 5ª Edición. Barcelona, 2025.

 
 
 

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Pablo Iglesias Aunión - Cronista Oficial Puebla de la Calzada

651 084 859 -  historiaretablo@gmail.com

Diplomado Magisterio

Licenciado en Filosofía y Letras. Geografía e Historia

Doctorando en Historia

Licenciado y Máster en Ciencias Religiosas

Profesor en Educación Secundaria - Bachillerato

Profesor en el IES Vegas Bajas de Montijo

Profesor en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas "Santa María de Guadalupe" (Universidad Pontificia de Salamanca). Arzobispado Mérida-Badajoz.

 

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