Pablo Iglesias Aunión
“El lugar de la Garrovilla está a occidente, dos leguas de Mérida. Del origen de su nombre no se sabe su causa, si bien hay otros muchos lugares que se llaman así. Podía entenderse que Garrovilla sea los mismo que pueblo de contienda y pelea…”
Bernabé Moreno de Vargas
"Está la villa de Algarrovilla dos leguas de Mérida, abundante de pan y ganados, con 200 vecinos en una Parroquia, y dos Ermitas. Eximióse de Aldea de Mérida año 1588. Los Moros la llamaron Garra, interpretado Pelea, por haverla tenido en este sitio, quedando vencedores contra Christianos, por cuya memoria cimentaron este pueblo.”
J.A. Estrada
Metido en el calendario litúrgico de la Pascua, rozando con el recuerdo las recientes fiestas patronales en la localidad de La Garrovilla en honor a Nuestra Señora de la Caridad, hablamos en su momento de las primeras referencias documentales en torno a esta localidad precisamente en un artículo publicado en este mismo medio (24-01-2021) y que nos condujo hasta el último cuarto del siglo XV para su análisis desde la llamada mesa maestral: el templo bajo la advocación de Nuestra Señora, el título de beneficio en la persona del curato en manos de Diego Sánchez de la Orden de San Pedro y las importantes menciones en torno a la ermita de Nuestra Señora de la Caridad.
Podríamos decir que queda pagada (de hecho, se anunciaba el mencionado artículo como una “1ª parte”), aquella deuda de realizar una segunda entrega que el lector tiene ahora en sus manos (he aquí que el subtítulo lleve “IIª Parte”).
Avanzando en el tiempo nos adentramos con un nuevo artículo, breve estudio, sobre La Garrovilla con el amanecer del siglo XVI y que nos guiará desde un análisis interpretativo hasta los años centrales del mismo sobre 1553-1556 aunque demográficamente podremos ofrecer el siglo completo (1500-1594), como se recoge en el gráfico.
Conocer nuestra Comarca: espejo de una historia rica y comprometida
Es Ventana Digital Comunicación espacio ameno y abierto a lanzar sobre la Comarca el rico esplendor que encierra la historia de sus localidades como es el caso que ahora nos atañe La Garrovilla, su estudio nos apremia a la entrega de dos partes más que amplía su historia en estos momentos y que hace merecedora a La Garrovilla de una atención que requiere igualmente ofrece al lector una acertada visión de lo muy importante que durante los siglos XVIII al XVIII fueron todas estas localidades comarcales.
Como es obvio y lógico en toda descripción histórica de una localidad la situación espacio temporal es importante pero el conocimiento demográfico e igualmente lo es y sirve para tomar el pulso de la vida cotidiana en este lugar. La Garrovilla comenzó el siglo XVI con 84 vecinos, es decir, unos 294 habitantes para llegar a finales del mismo siglo en 1594 con 141 vecinos, poco más de 493 habitantes.
En todo este procedo demográfico evolutivo, el momento de alza será a la altura del año 1551 (250 vecinos, 875 habitantes), tendencia que se mantiene en 1571 con 225 vecinos (unos 788 habitantes).
Significa todo lo anterior que el siglo XVI es para La Garrovilla un núcleo poblacional importante que refleja y recoge índices como decimos altos y constantes que en momentos de la Centuria del Quinientos se equiparó incluso a Montijo, localidad nuclear en la comarca y punto de referencia para muchos estudios.
Estructura Concejil en La Garrovilla durante el siglo XVI
Cuando nos acercamos a los años centrales del siglo XVI, los visitadores de la Orden Militar de Santiago en el año 1556 permiten conocer documentalmente los nombres de quienes componían el Concejo de La Garrovilla: Pedro Matheos y Juan Martín, como alcaldes; García Parientes, como regidor.
La rica, profunda y analítica documentación santiaguista además permite al investigador configurar y analizar claramente la estructura social de La Garrovilla en estos momentos y ya a finales del siglo XV, se referenciaban los llamados caballeros de cuantía, elemento social importante, pues hablamos de habitantes naturales del lugar que poseían armas, caballo y posibilidad económica para afrontar acciones militares.
Así, en el año 1500 conocemos quienes eran estos caballeros de cuantía con los nombres de Miguel Sánchez Gordo, Juan Fernández y García Sánchez Molano. Junto a ellos, otro importante elemento social lo formaban los juramentados que eran persona bajo modelo feudal (vasallo) que, ante su señor, juraba fidelidad mediante generalmente una ceremonia de promesa, como decimos fidelidad y aceptación al que queda unido con confianza. Sabemos que en La Garrovilla existían dos juramentados: Benito Martín y Juan Ramos.
Todo el complejo entramado socio-político quedaba bajo la Orden de Santiago advocado a la Mesa Maestral emeritense a la que pertenecía y era de su jurisdicción hasta que fue separada de la misma en el año 1588.
Finalmente y obviamente por el momento histórico en el que nos encontramos, la realidad religiosa y eclesial no puede pasar por alto y La Garrovilla, poseía colación parroquial bajo la advocación de Nuestra Señora, la ermita de Santa María de la Carilla (La Caridad), la ermita de los Santos Mártires y el hospital de pobres, todo ello analizado y desglosado en la tercera parte de nuestro estudio, momento en el que citaremos fielmente las fuentes inéditas y bibliográficas utilizadas.
La salida emigratoria hacia El Nuevo Mundo: 1512-1572
Gracias al magistral y fenomenal estudio de la doctora Rocío Sánchez Rubio (insisto, indicaré al final de las entregas sobre el estudio de La Garrovilla las fuentes utilizadas), sabemos que fueron un total de nueve personas las que entre los años 1512 y 1572 marcharon al llamado Nuevo Mundo, las Indias Occidentales o América.
El primer de ellos fue Rodrigo Medellín del que sabemos únicamente el año y desconocemos profesión y destino. Le siguieron: Melchor García en el año 1530 a Santo Domingo igual que Juan Macías en el mismo año y al mismo lugar. Ambos sin determinar profesión. En el año 1536 emigraron a México, Pedro Busto y Juan Aparicio y, en se mismo año a Nueva España lo hizo Pedro Morales.
Destino será nuevamente México en el año 1537 por parte Gonzalo Sánchez y a Nueva España, el único emigrante de La Garrovilla del que nos consta su profesión, el labrador García Sánchez para terminar esa emigración en el año 1572 con Juan Martín a Puebla de los Ángeles (México).
¿Qué determina o empuja a estos habitantes a emigrar? En primer lugar, podría pensar alguien que no es significativo una emigración de nueve personas. A ello respondemos que para toda la comarca de Lácara supuso un 22,6% y que si lo comparamos con Montijo que aportó un 50,2% la salida poblaciones de La Garrovilla no está nada mal. Centrándonos en las causas, podemos decir que es una respuesta demográfica de tipo socio-económica lo que hace a toda esta población no tenga más remedio que abandonar su localidad natal, no ya únicamente de La Garrovilla sino de todos los pueblos de la comarca.
Superada la fase de asentamiento tras la reconquista y la repoblación en nuestras tierras extremeñas, insistimos que el modelo social y económico que se implantó en ellas quedaba afirmado por una economía de subsistencia que en el momento en el que aparecían variables como por ejemplo sequía, malas cosechas, epidemias o las propias guerras, la estabilidad económica se veía trastocada y la salida, especialmente a unas tierras de las que llegaban noticias “fascinantes”, que se presentaba como una tierra de posibles a pesar de las enormes dificultades del viaje, el embarque para estos hombre estaba decidido (las mujeres tenían muchos más problemas para emigrar y sería motivo de otro estudio).
Nuestra tercera entrega para esta breve aproximación a La Garrovilla será en torno al estudio de la fábrica y evolución del templo parroquial de Nuestra Señora, sus títulos de beneficio y curato y las ermitas de La Carilla y Santos Mártires (IIIª Parte).
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