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Diálogos con la Historia (I)

Actualizado: 4 jul 2020

Felipe de Ribas: Montijo entre Mesa, Montañés y Alonso Cano

a través del Dulce Nombre de Jesús


“Por otro lado (profesor Julio Aróstegui) define las historias sectoriales, donde el objeto del análisis histórico se centre en elementos parciales y concretos de la realidad (economía, política, sociedad, etc.). Se trata, en definitiva, de una aproximación analítica a un segmento de la realidad (económica, sociedad, política, mentalidad, etc.), en este caso, de la historia local”.

Miguel Ángel Naranjo Sanguino y Manuel Roso Díaz[1]


Escribir de Historia... Perdón, escribir sobre algo histórico, no es tarea nada fácil. Personalmente lo considero algo muy serio, tremendamente responsable y altamente peligroso. El por qué y las razones para afirmar todo lo anterior nos exigiría ocupar un espacio diferente a éste y posiblemente en algún foro más específico dentro del mundo de la Metodología y la Didáctica de la Historia –aspectos que siempre me han interesado y mucho-.

Dentro de este mundo de la Historia, hay un campo de estudio realmente estremecedor y que lleva a la reflexión de esa propuesta que los profesores Miguel Ángel Naranjo y Manuel Roso nos recuerdan en la cita inicial, la llamada historia local.


DeHistoria Local queremos hablarles a través de una serie de artículos que nacen de consideraciones, reflexiones y conclusiones que son fruto del “lujo” de poseer en Montijo un importante y rico patrimonio histórico-artístico que se centra en buena medida en el llamado arte religioso o arte sacro. Desde su mismo contenido intentaremos rehuir de conceptualizaciones teológicas-históricas si bien la Historia accede a ellas como ciencias auxiliares para poder contextualizar, analizar y explicar el por qué y para qué fueron creadas (Historia del Arte Sacro, Antropología Religiosa, Fenomenología de la Religión, Etnología, etc.).


Bajo el título general de Diálogos con la Historia, presentamos una serie de artículos que nos permitirán viajar por el tiempo histórico construyendo puentes de comunicación entre los siglos, especialmente desde esa expresión del arte anteriormente mencionado, el arte sacro o arte religioso y que igualmente nos derivará a ese campo de la Historia –que ya lo hemos tocado aquí otras veces- llamado Historia de las Mentalidades.


Tenemos en el templo parroquial de san Pedro Apóstol una gran muestra de todo ello y es por medio de una serie de hitos, de señales, de expresiones y de referencias, desde las cuales el investigador siente las ansias y ganas de dar respuesta a esas grandes preguntas: por qué y para qué, especialmente ahora que se está haciendo un esfuerzo enorme en esta comunidad parroquial por conservar y preservar este patrimonio histórico-artístico del que venimos hablando.


Lo hacemos en estos tres estudios y desde ellos poder literalmente andar el interior y el exterior de este singular edificio. En el exterior o lo que es lo mismo desde su forma arquitectónica, lo veremos en una serie de manifestaciones iconográficas que pasan desapercibidas para la gran mayoría de nosotros. En su interior, la riqueza de sus retablos con una rica iconografía y con un excelente lenguaje lleno de pedagogía para un pueblo (el montijano), que en los siglos XVII y XVIII (en este caso), supo entender, comprender y expresar lo que sentía desde su fe a través del arte. También desde dentro nos sabe hablar el templo parroquial de San Pedro a través de sus formas arquitectónicas.


Esta trilogía se compone de un primer y merecido reconocimiento al montijano y doctor en Historia del Arte don Rafael Ramos Sosa[2] sin el cual, el análisis carecería de sentido y la rigurosidad a la hora de conocer la imagen devocional del Dulce Nombre de Jesús. Se nos perdería mucho del sentido histórico que tiene y no hubiéramos encontrado respuesta a cuestiones que aún estaban en el aire.

Tiempo tendremos de citar de manera muy concreta el aporte que el doctor Ramos Sosa hace para con nuestra historia local y comarcal. A él va dedicado este primer estudio, como reconocimiento a su labor investigadora vinculada a Montijo y la amable atención que nos ha prestado desde el primero momento.


El segundo de los estudios gira en torno a la expresión pictórica que aparece en el retablo que hoy conocemos como Virgen del Rosario, precisamente donde se ubica la imagen de Niño Dios estudiada por Ramos Sosa y que nos conecta a Montijo con una magistral clase sobre Historia y Teología de la mano de San Francisco de Asís, San Antonio de Padua y Santo Domingo de Guzmán.


El tercero y último de los mencionados artículos que componen nuestro particular diálogo con la Historia, es lo que podríamos llamar el lenguaje iconográfico oculto, desconocido para la gran mayoría de los montijanos pero que está latente, presente y visible en las paredes del templo. Un templo que nos mira desde el exterior y que nos habla estableciendo así un vínculo de eterna unidad e invitándonos a que continuemos esa conexión con un mismo lenguaje arquitectónico en su interior igualmente lleno de símbolos, imágenes y referencias históricas.

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[1] M. A. Naranjo Sanguino y M. Roso Díaz, Un modelo metodológico de historia local. Revista de Estudios Extremeños, 2018, Tomo LXXIV, Nº. II, pp. 1129-1154 [2] Rafael Ramos Sosa es natural de Montijo. Doctor en Historia del Arte. Profesor Titular en la Universidad de Sevilla, Departamento de Historia del Arte. Pertenece al Grupo de Investigación del Patrimonio Artístico Andaluz y ha dirigido y codirigido numerosas tesis doctorales, así como participa en numerosos proyectos de investigación para la Universidad de Sevilla.


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