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Foto del escritorPablo Iglesias Aunión

Herodes "el grande": ¿únicamente un infanticida?


"La masacre de los inocentes" de P. Pablo Rubens, 1612


Dentro del Tiempo Litúrgico de la Navidad y tan sólo tres días después de conmemorar el "nacimiento de Jesús", aparece en el calendario eclesiástico una fecha que señala un acontecimiento singular: "la matanza por orden del rey Herodes de los inocentes."


Tenemos que partir ante el análisis de estos temas en primer lugar, de un manejo adecuado de textos referentes a las Sagrada Escritura (Biblia), cuya traducción sea lo más exacta posible pues no es lo mismo decir que Mateo señala (2, 16-18) que la orden era para Belén y toda su comarca, que la traducción del griego literal: "para Belén y sus alrededores."


Fuera a parte de este posible nimia salvedad (pero para nada no importante), lo que a todos nos suele rondar en la cabeza por estas fechas es, si ciertamente la mencionada orden de dar muerte a los niños menores de dos años fue dada por Herodes o no. Como tampoco quita su certeza o no, de la riqueza literaria de Mateo que juega con la profecía de Isaías: "En Ramá ha resonado un clamor de mucho llantos y lamentos. Es Raquel, que llora por sus hijos y no quieren que la consuelen, porque están muertos."


El contexto herodiano: muerte y destrucción



Existe una interpretación muy común para contradecir la historicidad del acontecimiento narrado como hemos dicho por Mateo en su capítulo segundo (16-18) al afirmar que, el hagiógrafo juega con la Historia Sagrada al comparar a Jesús con Moisés y lo que realmente está intentando es igualar la orden de Herodes con la dada por el faraón con respecto a la


muerte de los primogénitos hebreos. Identifica pues, las intenciones del rey asmoneo, Herodes, hijo de Aristóbulo III (+ 35 a.C.) y de Mariamna I (+29 a.C) con aquel pasaje del Éxodo, incidiendo en las intenciones de que al no encontrar al "Mesías" que suponía, bajo una errónea concepción de "rey de los judíos", que amenazaba tal nacimiento su trono. Es entonces cuando Herodes manda a matar como, ya hemos indicado, a todos los niños menores de dos años en Belén y sus alrededores (que no comarca).


Pero obviamente el historiador no puede conformarse con la narración evangélica de Mateo para refutar o negar la evidencia del hecho. Necesita profundizar en los textos, indagar en los restos arqueológicos máxime, en personajes que nos trasladan a más de dos mil años de historia.


¿Qué sucedió entonces o qué pudo provocar tal relato en el evangelista? Intentemos históricamente poner un poquito de luz con el deseo de no provocar confusión y mucho menos negar o afirmar nada y, sobre todo, nada más lejos de ir contra una pedagogía eclesial.


De Herodes se han dicho muchas cosas y lamentablemente -suele ocurrir con el común de los mortales de hoy en día- se nos han quedado especialmente las malas: fue rey duplicador es decir jugó en dos campos, el de Roma y el de los judíos y fue un rey tirano que llegó incluso a eliminar a miembros de su familia incluyendo a sus propios hijos (esto último tendrá mucho que ver con el tema que nos atañe). Para conocer todos estos datos y tener una visión más amplia del personaje es muy interesante la obra titulada Herodes. El rey arquitecto, de Jean-Claude Golvin y Jean-Michel Ruddar; págs. 9-10.


Pero indudablemente Herodes es mucho más que todo lo anterior. Ahondar en su biografía nos conduce a un persona muy interesante, lleno desde el punto de vista político y como monarca, de grandeza, coraje y fidelidad. Y con esta dual visión podemos acercarnos mejor a la llama matanza de los niños inocentes.


Herodes y su complejo sistema político: corte e imperio


Recreación del Palacio de Herodes en tiempo de Jesús


Las teorías con cierta refutación histórica sobre órdenes de Herodes de matanzas existieron. Otra cosa es la finalidad con las que estas fueron dadas y de las que posiblemente Mateo se aprovechó, en el buen sentido de la palabra, para darle una finalidad más evangélica.


Herodes incidió en una durísima política contra todos aquellos que someramente pudieran únicamente parecer que podían poner en peligro su reinado. Así, ordenó durísimas represiones contra los jóvenes que estaban en contra de su política romanófila y especialmente hemos de destacar y quedarnos en la retina histórica, con el mandato de asesinar incluso a sus propios hijos si bien esto último nos causaría un problema histórico respecto a las fechas del nacimiento de Jesús (tema que merece un amplio estudio).



Matanza de los inocentes de Tinttoreto, ca. 1583-1587


Sin embargo, la fama represora de Herodes sin importar edades y el ascenso al trono de Arquelao ante la muerte de su padre Herodes, cercano al momento de la vuelta de Egipto de la "sagrada familia", hacen que el evangelista sepa mover perfectamente los acontecimientos para lo que nos narra y nosotros hoy, podamos encontrar en la narración recogida en el capítulo segundo de su evangelio una rica, adecuada y perfecta pedagogía para incluirla en la vida del cristianismo.


Igualmente es cierto que nuestro interrogante sobre la historicidad del acontecimiento juega entre el valor de los actos violentos de Herodes y las intenciones mesiánicas, lo que nos deja abierta la puerta a la exactitud del hecho como a su vez abre otra mucho más apasionante: la fecha del nacimiento de Jesús de Nazaret


Herodes fue mucho más


Lo cierto es que Herodes "el grande" debe ser considerado históricamente como un personaje no reducible a este acontecimiento. No equivocarlo obviamente con Herodes de Antipas su hijo y contemporáneo a la muerte de Jesús. Traspasa sin duda el monarca herodiano todo lo anterior.


Es un gobernante que tuvo una enorme capacidad y visión de expansión urbanística, capaz de rodearse de una corte de una enormidad compleja de precisar. Donde se hablaba el griego, los actos oficiales eran realizados en esa lengua e igualmente las leyendas inscritas en las monedas de su época también lo eran en lengua helénica.


Gracias a la intervención de personajes relacionados con la corte imperial romana, como Mesala, fue capaz de contactar con un buen número de intelectuales y hombres de las letras tales como Timágenes de Alejandría, historiador y filósofo; poetas como Homero o Tíbulo e incluso, con Estrabón de Amasia o Nicolás de Damasco.


Ocurre lo que suele ocurrir y es también obvio. Mateo lo da a conocer y los evangelios en general hablan de él desde el punto de vista que interesan a los evangelistas que aunque dentro del género literario bíblico son considerados como libros históricos, sin ser una biografía de Jesús, nos sitúan ante textos que giran en torno a su figura y a su mensaje. Todo ello no quita que podamos conocer más de estos personajes que nos hacen entender más y mejor la figura de Jesús de Nazaret: el único protagonista en estos días festivos.


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